jueves, 30 de mayo de 2013
Nada es lo que Parece
El Acordeonista toca esa famosa canción de forma extraordinaria. Sin esfuerzo alguno su técnica vuela como el viento, un músico callejero que al parecer le importan más las monedas que las notas musicales, sin embargo toca esa pieza con majestuosidad. Su alma está enamorada de esa melodía y su persona condenada a expandirla en esa plaza publica mañana tras mañana.
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