lunes, 1 de octubre de 2012

Revelaciones en El Vacío



Estoy en un desierto, dunas de arena abarcan la vista. Me siento vigoroso, enérgico, tremendamente fuerte y capaz de lo incapaz, salir volando por el desierto no parece que vaya a ser una complicación para mi en este momento. Así que de un salto conquisto las alturas arenosas, sobrevuelo la zona y aterrizo en un pequeño pueblo de plano irregular, allí siento que el pilotaje de mi presencia me ha producido un desgaste notable, me paro a descansar y observo la belleza de ese pueblo que dista bastante de lo que usualmente han visto mis ojos.

En la quietud de ese momento, padezco una retroalimentación que me fortalece. Al tiempo siento una carga magnética en mi interior que sacude levemente mi cuerpo, mi vigor inicial se restablece e incluso aumenta. Así que decido de nuevo tomar los cielos, de un salto me propulso a alturas que ni siquiera para los aviones son convencionales, puedo acelerar mi velocidad con solo proponermelo y en instantes dejar el desierto para alcanzar una cumbre de una montaña nevada de imponente proporción.

Me dejo posar en la cima, la temperatura térmica no es un problema, por dentro soy fuego y nuevamente percibo esa retroalimentación que aún me vigoriza mas, la agitación que antes sentía se hace un poco mas severa pero aun así aguanto sosegado en la cresta, con el tiempo, una fuerza superlativa me pertenece. No hay miedos, no hay condiciones, no hay limites, está fuerza que ahora domino me permite premeditadamente dar un salto más allá de lo imaginable.

Salto hacia las estrellas, propulsado abordo un vuelo que me permite vivir por primera vez en mi vida lo que es salir del planeta en el que vivo, decido alejarme de él, la sensación de gratitud es algo que va en paralelo con la fuerza que poseo durante el viaje, dejo atrás el planeta, más tarde la Vía Láctea, o por lo menos lo que yo creo que es la Vía Láctea. Navego entre galaxias, me siento tan poderoso que deseo ir en búsqueda de los limites del universo conocido, así que me alejo trazando un viaje aleatorio cada vez mas rápido donde es imposible determinar la direccionalidad dimensional. Observo galaxias de luces diversas, los puntitos que nosotros definimos como "estrellas" ya son incontables, cada vez hay más luz debido a que cada vez veo más galaxias en miniatura, el espacio abarcado deja de ser mayoritariamente negro para estar punteado de luces blancas, aún así me alejo más y más de eso que puedo percibir hasta que el espacio deja de ser negro para ser completamente blanco, nada se puede distinguir, es solamente blanco, por más que viaje no hay más que un blanco infinito provocado por la luz de toda la materia estelar.

Entonces lo entiendo, estoy en el vacío, una inmensidad blanca revelando que lo que consideramos que es la nada, en realidad está completamente lleno, tan lleno de luz que transciende a la materia. La manifestación se hace evidente y siento una tremenda emoción que pausa mi vuelo, así que allí en medio de la nada empiezo a hacerme preguntas. ¿y si está luz es la misma que la gente ve cuando tiene una experiencia cercana a la muerte?, ¿o si está es la luz de la compresión de la que hablan tantas corrientes espirituales y filosóficas?, ¿y si esto fuera "ir hacia la luz"?, ¿y si esto es ser precisamente dios, ser todo, absolutamente todo?.

Ya da igual tanto misticismo, me he despertado de mi sueño. Emocionado estoy aquí posado en mi cama, soy Paul, un ser más en este mundo viviendo su individualidad, empezaré por un buen desayuno.

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