LA EXPLICACIÓN Y LA PALABRA
Toda explicación eterna puede resultar incomprensible al intentar definirla solo con palabras, por ello la mayoría de las doctrinas filosóficas y espirituales tienden a la creación de mitos para poder hacerlas entendibles a la sociedad. Historias que de alguna manera han sobrevivido siglos y que por lo general tocan el trasfondo existencial.
Me gusta ver estas explicaciones transcendentales como si fueran cuentos para niños, historias entretenidas que contienen mensajes muy profundos, como los libros de la Biblia, la Toráh, El Tao te Ching, cualquier historia simbólica de las religiones Dármicas, los dilemas filósofos de Nietzche, Freud, Marx, los proverbios árabes, las teorías racionales y científicas, las tradiciones de las tribus americanas que recrean historias de los antiguos ancestros, el Corán, Los textos de Los Vedas, el I Ching, el Shi Jing... y seguro que me dejo cientos que me parecen interesantes.
Me gustaría compartir mi reflexión existencial, mi propio cuento inspirado y tomado prestado algo de los anteriores mencionados, el relato que me guía ante tantas dudas.
Por si le pudiera servir a alguien. Yo creo, siento, percibo y opino que:
LA ESENCIA
Lo que existe siempre existió, nunca tuvo un principio y nunca tendrá un final, a esto lo llamo "La Esencia" una única entidad fractal que contiene la vida y la muerte dentro y fuera de ella. A esto le han dado muchos nombres; Cosmos, La Divinidad, Tao, Naturaleza, Existencia, Dios, etc.
Esta Esencia es perfecta, una entidad armónica que para equilibrarse necesita de un ciclo para viajar por todas su facciones, para olvidarse y volver a reconocerse. Este hecho se repite una y otra vez en todas las aparentes formas de existencia de esta Esencia, ya sea en átomos, células, tejidos, piedras, plantas, personas, animales, planetas, galaxias, universo.
LAS DOS FUERZAS
Considero que todo lo que sucede esta regulado y equilibrado por dos fuerzas que siempre estuvieron en dicha Esencia, dos fuerzas son las que denotan un ciclo oscilante, como un péndulo que va de un lado a otro, como una elipse que por su condición magnética le hace rotar en óvalos.
Las dos fuerzas las podemos contemplar en todos los elementos que nos rodean, Hombres-Mujeres, Dia-Noche, Cielo-Tierra, Sol-Luna, Vida-Muerte… a esto se le llama La Dualidad, dejamos de ser UNO para aparentar ser DOS y este proceso evoluciona numerologicamente. Esta Dualidad es la que condiciona al Ser (el UNO) a la eternidad, a vivir bajo un ciclo continuo, el dilema entra en el momento en el que el ser humano tiene un cerebro con un neocórtex desarrollado, puede emitir juicios sobre su vida y ese es el momento en el que podemos entrar en lo que llamo "la trampa dual".
LA TRAMPA DUAL
La trampa solo es un punto de vista humano, considerar una parte de la dualidad querida y otra rechazada, sentir que hay cosas buenas y malas, practicas o inútiles, Dios y Satanás, luz y oscuridad, la belleza y la fealdad, la bondad y la maldad, etc. Esto solo es una interpretación, en el momento que consideramos algo como bueno indirectamente estamos creando la maldad, el ser y el no-ser emanan de la misma fuente.
Todo lo opuesto es complementario, la paradoja se cumple. Liberarse de esta trampa es una cuestión perceptiva, mantente en el centro de las dos fuerzas allí vuelves a ser uno, no puedes diferenciar entre luz y la oscuridad, el bien o el mal, la vida y la muerte, desde ahí puedes ver el código, eres el ciclo no una parte de él.
EL CICLO
Al igual que la dualidad, el ciclo se puede contemplar en todo lo que nos rodea. Siempre oscurecerá para volver a amanecer, el invierno aunque tarde llegue llegará, en la primavera las flores florecerán para perecer mas tarde y volver a nacer. El ciclo es eterno, la única constante de la vida es el cambio, abrazarlo y aceptarlo es una maravilla, dejarse llegar e ir es una autentica maestría.
LA ILUSIÓN
Estamos en un momento del ciclo donde nos toca dormir, no hay prisa volveremos a despertar, ahora confundimos nuestra porción del YO con el YO ETERNO que somos, esto solo es una apariencia, necesaria para ser perfectos, para redescubrise, cuando la ilusión se derrumbe volveremos a enamorarnos con lo que hay detrás de ella.
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